Retrato robado

En esta entrada, vamos a hablar de la disciplina llamada robado. Como todo el mundo sabe, esto no es ni más ni menos que sacar una foto a una persona o personas, sin su autorización expresa. Es una técnica, que si en principio da un poco de reparo, con la práctica "engancha", y mucho.

Para empezar, diremos que lo más importante para tener una buena jornada de retratos robados, es pasar desapercibido y no dar la sensación de invasión de la intimidad. Esto es mucho más importante que el equipo que llevemos, ya que aunque llevemos material por valor de 8000 euros, si la gente se siente incómoda o amenazada, no obtendremos buenas tomas,  estaremos constantemente "controlados" por las gentes de los alrededores y tendremos que marcharnos a otro lado.

El siguiente punto a tener en cuenta, es que algunas veces nos sorprenderán robando un retrato, y habrá gente que se sentirá molesta. Cuando esto suceda, lo mejor es mostrarles la cámara, y enseñarles como borramos su foto, para que no haya problemas. Hay una frase, que es muy adecuada para el caso, y dice así: "Es mejor pedir perdón, que pedir permiso".

Una vez teniendo claro esto, vamos a pasar a ver el equipo, y la técnica para llegar a buen puerto.

Cámara:

Se puede utilizar una cámara reflex con objetivos, que es la opción más llamativa, pero más versátil, o una cámara compacta; a ser posible una compacta pro o una con buenas prestaciones, que seguro agradeceremos para pasar desapercibidos, como puede ser la pantalla abatible. Ricardo Abengoza, gran fotógrafo y redactor de este blog, para estas cosas usa una canon G12.

Objetivos:

Si nos decidimos a usar una cámara reflex, hay dos opciones de robado, una con objetivos de focal fija  (35mm, 50mm), y otra con tele-zoom (70-200mm, 24-70mm). En ambos casos lo ideal es tener objetivos lo más luminosos posibles para jugar con la profundidad de campo y para no tener problemas en situaciones de poca luz. Un 50mm. f2.8 o un 70-200mm. f2.8 serían bastante buenas opciones en ambos casos.

Con los de focal fija, tendremos que arrimarnos bastante a los sujetos, mientras que con los teleobjetivos, podremos trabajar desde la distancia sin exponernos tanto.

Técnica:

Si optamos por  la cámara reflex, tenemos dos posibilidades, o echarnos la cámara al ojo de manera habitual, o hacer el típico disparo "ombliguero", que consiste en tener la cámara colgada del cuello a la altura de la barriguita, plantarnos delante del sujeto y disparar. Esta técnica tiene como pros, que a veces tomaremos imágenes desde un punto de vista muy interesante, y como contras, que no controlaremos el enfoque ni el encuadre.

Si usamos una compacta pro con pantalla móvil, todo es mucho más sencillo, ya que podemos tomar fotografías incluso mirando a otra dirección de la que se encuentra nuestro sujeto. La ventaja de este tipo de cámaras es que son muy discretas, poco invasivas y tienen la posibilidad de no hacer ruido al disparar, con lo cual, a poco que seamos discretos, pasaremos practicamente desapercibidos.

En cualquiera de los casos, algo que nos puede delatar es mirar la cámara para ver que tal nos ha salido la foto. Esto nunca debemos hacerlo porque confirmaremos al "modelo" que acabamos de tomar una foto y le pondremos alerta.

Para terminar, diré que yo personalmente voy con reflex, y suelo usar un objetivo tipo 24-70mm. f2.8, un 50mm. f1.8 o un 70-200mm f2.8, dependiendo de donde sea el asunto. Mi técnica es la de cámara al ojo de toda la vida. Para mi el secreto para llevarse unas buenas fotos es no dar importancia a la acción; es decir, sacar la foto y seguir como si no hubiese pasado nada.

A continuación, dejo unos ejemplos de retratos usando diferentes técnicas y diferentes objetivos.