Buenas noches,
Ante todo, presentarme. Mi nombre es Ricardo Abengoza y colaboro en este blog con su creador, Carlos Lorrio.
Mi gran pasión ha sido siempre la fotografía, y además de la denominada “foto de autor”, en los últimos tiempos me he especializado en fotografía deportiva.
Y es precisamente de este último tema del que os voy a hablar en esta entrada. Debido a su extensión, ya que en mi opinión hay mucho que hablar sobre esta técnica fotográfica, lo he dividido en dos partes, para no hacerlo tan pesado. Todas las fotos que aparecen en el artículo están hechas por mi.
Todos y, evidentemente, los amantes del deporte con más asiduidad, estamos acostumbrados a que nos “asalten”, desde la prensa escrita e internet, las imágenes de deportistas en plena acción. Pero, ¿qué hay detrás de esas fotos?
La primera sorpresa desagradable para los que se internan como aficionado a la fotografía deportiva es que, para que los resultados sean “decentes” el equipo tiene que ser de un nivel medio alto, (Repito, estamos hablando de conseguir resultados óptimos, todos hemos visto a gente en un campo de fútbol sacando fotos con una compacta…), sobre todo para eventos deportivos que no se practiquen al aire libre.
Hay que tener en cuenta tres consideraciones básicas a la hora de elegir nuestro equipo. Estas prioridades se resumen en tres:
1. Una cámara que trabajando con ISOS altos no genere ruido.
2. Objetivos que enfoquen muy rápido.
3. Y objetivos que sean muy luminosos.
Empecemos por el primer punto. Aunque muchos de los eventos deportivos en los que hagamos fotografías serán durante el día y en espacios abiertos, otros muchos, especialmente en invierno, se desarrollarán ya de noche y en lugares cerrados, con lo que la iluminación decrecerá bastante. A todo eso hay que sumarle que, como lo que queremos es congelar la acción, tendremos que disparar la foto a velocidades altas, por lo que tendremos menos tiempo de apertura del obturador, que habrá que compensar con el obturador y la ISO. Pero eso lo ampliaremos en el próximo post, en el que veremos las cuestiones técnicas.
El segundo y el tercer punto los podemos englobar en uno. Al hablar de objetivos para fotos deportivas, esos dos aspectos son esenciales. Para este tipo de fotografía el objetivo básico es un tele ( 300mm como mínimo) y sobre todo cuando se es aficionado, ya que las gradas suelen estar muy lejos- para fotografiar bien, se entiende- de la acción. Y si hablamos de teleobjetivos, hay que tener en cuenta que uno luminoso (la apertura máxima en tele que hay en el mercado es un f/2) suele tener un precio por encima de los mil euros como mínimo, de ahí que habitualmente se usen otros no tan luminosos (f5,6- f, 6,3) que son más económicos, y compensemos esa pérdida de luz con la ISO de la cámara.
En el próximo post os comentaré los aspectos técnicos y algunos consejos y trucos para mejorar esas fotos deportivas que os podáis sentir tentados a hacer cualquier fin de semana cerca de vuestra casa.
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